Más vale tarde que nunca.
Indianápolis es una pista técnica, la larga recta condiciona la puesta a punto del coche, ya que durante 24 segundos los pilotos no levantan el pie del acelerador. ¿Velocidad o agarre?, en la decisión correcta puede estar la clave de la carrera.
La larga recta de Indianápolis discurre en sentido contrario al usado en las 500 millas. La velocidad punta es muy alta y en carrera los coches alcanzan los 330km/h
La primera frenada no es demasiado fuerte, ya que la curva número uno es a la derecha y se toma en segunda a unos noventa kilómetros por hora. Desde la entrada y hasta el vértice de la curva hay una pequeña bajada que no suele suponer problema para tomarla. La curva número 2 es a la izquierda y está enlazada a la primera, por lo que se toma acelerando poco a poco a unos 120 por hora. Después al llegar al vértice hay que girar a la derecha en la curva tres apretando el acelerador a fondo.
Al salir de la tercera curva los pilotos se sitúan en el exterior de la pista (lado izquierdo) para frenar y atacar el rápido ángulo a la derecha que es la curva cuatro, a 160 km/h en cuarta velocidad. La frenada para el giro es complicada puesto que el coche viene girando a la derecha y se debe frenar para girar aún más.
La aceleración hacia la curva cinco es completa, ya que los pilotos pueden mantener el acelerador apretado sin tocar el freno para girar en el ángulo de derechas. Supone un desafio muy grande ya que sólo existe una trazada, un pequeño error y el coche acabará en la hierba. Después los pilotos lanzan el coche a la derecha de la pista y frenan para entrar en la curva seis, un giro a la izquierda que se toma en segunda. ES una curva que parece que nunca se acaba y hay que ser muy cauto a la hora de abrir el gas ya que podemos perder tracción y hacer un trompo.
La curva número siete a derechas se toma también con algo de cautela, volcándonos hacia el interior y acelerando fuertemente para llegar a una larga recta con mayor velocidad.
Al llegar a la curva número 8 los pilotos van a unos 300 km/h y frenan fuerte para tomar el giro a la izquierda en tercera pisando algo los pianos del interior. Al salir de este giro se debe estar pensando ya en la curva 9 a la derecha que es la más lenta del circuito. Es mejor tomarla sin abrirnos a la izquierda porque se pierde más tiempo que abordandola directamente por el interior del trazado. Al salir de la primera se aborda el segundo giro a la izquierda, también 180º, en el que el control de la tracción es fundamental. Al salir se acelera rápidamente para colocar el coche a la izquierda del asfalto y prepararse para la curva 11.
Este giro a la derecha se abre a medida que pasa la curva. Se frena pronto para buscar el angulo interior y pisar algo los pianos y así salir del giro más abierto. Cuidado al abrir gas porque patina mucho y escupe el coche hacia el exterior.
A partir de aquí la potencia es fundamental. Un coche poco cargado empieza aquí a demostrar su potencia y los que llevan más alerón se quedan atrás. Es fundamental tomar este tramo cerca del coche que te precede porque la aspiración que se consigue hace que lo puedas adelantar a final de recta. La curva 12 es la entrada al circuito ovalado, se toma con el gas apretado a fondo y se pasa muy cerca del muro exterior.
La curva 13 corresponde a la curva número uno del ovalo donde se disputan las 500 millas de Indianapolis. Es una desafiante curva de noventa grados a la derecha, con un peralte imponente y un muro exterior que quita el hipo. El gas debe estar apretado a fondo y los pilotos pasan a unos 310 kilómetros hora y la salida se hace muy cerca del muro exterior. La velocidad aquí es muy importante para poder conseguir un buen tiempo de vuelta.
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